El proyecto busca enriquecer la oferta cultural de la zona y promover los derechos culturales mediante talleres y actividades para menores dentro de su educación formal.

Abarca 400 m² distribuidos en planta baja y mezzanine. En el centro, una cabina de radio y grabación facilita entrevistas y programas educativos. Alrededor, hay estancias con colores en muros y pisos para diferenciar las actividades de los talleres, incluyendo dos áreas cerradas para artes y oficios.

El diseño interior, pensado para un ambiente infantil y juvenil, incluye sillas, mesas, libreros y estancias. El mobiliario es polivalente y desmontable, adaptándose a diversas actividades.

Los colores se basan en una paleta primaria para organizar recorridos y puntos de encuentro, mientras que la mesa principal tiene un diseño dinámico para talleres de tecnología digital. Además, hay un área específica para niños con mesas y sillas adaptadas a su tamaño.